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“El acceso a la vivienda facilita la autonomía de las personas vulnerables”
30/10/2024
Sergio Rodríguez Vives es el director de la Fundación Vivienda Social, una entidad con más de 30 años de experiencia en la gestión de la vivienda muy social y en el acompañamiento a familias en situación de exclusión.
¿Cuáles son los objetivos en líneas generales de la Fundación?
La lucha por la inclusión social y, especialmente, contra la exclusión residencial. Lo hacemos de dos maneras: por un lado, facilitando una vivienda temporal a las familias que se acercan a la fundación y, en segundo lugar, haciendo un acompañamiento para potenciar la autonomía familiar, porque el objetivo es siempre acabar saliendo del programa.
¿Cuáles son las principales problemáticas a las cuales se enfrenta la Fundación?
En este momento la principal y más grave es la falta de vivienda, tanto para la fundación como para la sociedad. No hay vivienda a un precio que sea asequible para todo el mundo, y menos para las familias con más dificultades, más vulnerables. Y las familias que se acercan a nosotros tienen normalmente ingresos muy bajos y no pueden hacer frente a un alquiler de mercado.
¿Cuáles son los colectivos más vulnerables?
Es difícil determinar cuáles son los colectivos más vulnerables, nosotros trabajamos con familias que tienen en común la vulnerabilidad económica y que no pueden acceder a una vivienda por carencia de recursos. En algunos casos se les suma una situación irregular en el país, o son familias con algún miembro con discapacidad. La edad o ser familia numerosa también supone una dificultad añadida.
En el caso de las personas con discapacidad, ¿qué apoyo encontrarán en la fundación?
Cuando una familia viene a nuestra entidad se le hace un traje a medida, un plan personal, y cuando se detecta a un miembro con discapacidad se deriva para que se haga una valoración y facilitar que pueda acceder a los recursos específicos para sus necesidades, para que el proceso de la familia para ganar autonomía no se pare.
¿Qué es el alquiler social?
Hay una gran discusión en este sentido, también en el ámbito Europeo.
Una vivienda de alquiler social podemos decir que es un alquiler que está fuera del precio de mercado, adaptado a las posibilidades económicas de la familia que ha de acceder. Es un concepto amplio que incluye todas las viviendas que dan respuesta a las personas que, por sus ingresos, no pueden hacer frente al coste de una vivienda regulada por el mercado libre. La vivienda de alquiler social va dirigida, por lo tanto, a colectivos de población con ingresos medios, bajos y muy bajos, y puede ser de carácter público o privado. Tenemos dos grandes grupos, las viviendas de protección oficial, donde el precio del alquiler viene marcado por unos módulos establecidos por normativa, y un segundo grupo que es el que tratamos nosotros, desde la fundación, que es el que se está denominando cada vez más alquiler muy social, que va dirigido a personas que no reúnen los requisitos para ir a una vivienda de protección oficial y que necesitan hacer un proceso antes de poder acceder, con un acompañamiento educativo que les facilite la autonomía necesaria. Este es el tipo de alquiler que tratamos en la Fundación.
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La Fundación acompaña, pues, en el proceso para lograr esta autonomía.
Sí, tenemos un equipo de 10 educadores sociales. A cada familia que entra se le asigna un educador y este, junto con la familia, crean un plan de trabajo para ir avanzando con el objetivo de conseguir esta autonomía. El plan de trabajo se va renovando cada seis meses y con él se buscan los recursos necesarios para llegar.
¿Cuántas viviendas gestiona la Fundación?
Estamos gestionando unas 460 viviendas.
¿Es muy larga la lista de espera?
Tenemos una media de 30 familias a la espera de una vivienda, y la perspectiva que vemos es que la lista se amplíe. La situación actual hace que las familias cada vez tarden más en rehacer su proyecto de vida y en dejar esta vivienda temporal; por eso, necesitamos más viviendas. Y para mejorar esta situación, la Fundación trabaja en dos líneas: La compra de viviendas y la cesión temporal de viviendas. Trabajamos conjuntamente con Cáritas, que es quien nos deriva a las familias y los datos avalan nuestra labor en los últimos años. Sin embargo, el crecimiento no es suficiente.
¿Han ido variando estas cifras?
Hace 34 años que existimos y la Fundación, cuando empezó, era la única que trabajaba en este ámbito. Actualmente, ya somos más entidades y entre todas no damos abasto con la demanda que hay. En los últimos años, el precio de la vivienda se ha disparado y los salarios no.
¿Qué retos tiene por delante la Fundación?
Hace un año y medio que aprobamos unas líneas estratégicas para los próximos años y uno de los principales retos es conseguir más salidas de familias, porque ya han superado la situación más crítica. Actualmente, tenemos entre 25-30 familias que están a punto de salir del proyecto.
Necesitamos gente dispuesta a alquilar sus viviendas a precios más bajos que los de mercado, y que confíen en las familias que han hecho este proceso de autonomía. Hay que valorar el tipo de acompañamiento que hacemos, porque muchas veces la administración pública no es consciente que, cuando pones a una familia en una vivienda social, hay que hacer este acompañamiento que es el que ayudará a lograr la autonomía necesaria.
Sergio Rodríguez, director de la Fundació Habitatge Social
Comprometidos con un futuro sostenible
Esta noticia está relacionada con los siguientes Objectivos de Desarrollo Sostenible definidos como prioritarios por Fundación CARES: